Los enemas en el parto consisten en la evacuación del contenido fecal del recto antes de iniciarse el parto.
¿Es necesario pasar por esa experiencia? Los estudios científicos (2 estudios científicos con 665 mujeres en total) han visto que, los enemas no mejoran las labores de parto ni hacen que este se acorte. Sin embargo, hay una tendencia a que en los partos donde se ha administrado el enema, las tasas de infección sean más bajas y existe una menor necesidad de antibióticos sistémicos posparto.
Los niños nacidos de partos con enema, tienen una menor incidencia de infecciones del tracto respiratorio y también una menor necesidad de antibióticos sistémicos. Estos beneficios son muy modestos, ya que la incidencia de estas complicaciones es, de entrada muy baja (inferior al 3% de los partos). El enema en el parto genera malestar en las mujeres y aumenta los gastos hospitalarios. Los pequeños beneficios no parecen justificar la utilización del enema.
No se dispone de pruebas que apoyen contundentemente el uso de enemas en el parto. Un estudio canadiense del año 2009 comprobó que las mujeres con niveles de educación e ingresos más bajos tienen más probabilidades de experimentar estas prácticas lo cual, si se confirma, es preocupante: