¿Provocar el parto con oxitocina? Aquí la respuesta científica

La hormona oxitocina, se utiliza normalmente para provocar el parto o estimular las contracciones en el parto vaginal y disminuir así la duración del trabajo de parto.  En principio, este es un objetivo muy loable ya que el parto lento se asocia con complicaciones en el parto, problemas de bienestar fetal y  cesáreas de urgencia. 

Basándose en las supuestas bondades de esta hormona, la infusión de oxitocina durante el parto parece haberse convertido en un procedimiento de rutina en los países desarrollados utilizándose en una parte significativa de las parturientas, a veces incluso en una mayoría de ellas. Esta evolución es preocupante porque sugiere que el uso de la oxitocina, destinado en un principio a situaciones específicas dentro del parto, se ha generalizado sin una base probatoria sobre su eficacia y sin una rigurosa evaluación de su seguridad.

¿Qué dicen los estudios científicos sobre el uso de oxitocina para provocar el parto?


Cierta evidencia indica que la administración de oxitocina produce  un aumento de partos vaginales espontáneos (sin necesidad de cesárea), pero no todos los estudios científicos están de acuerdo en esto.  Del mismo modo, no hay consenso en cuanto a las dosis de oxitocina que hay que administrar. Algunas revisiones científicas indican que una dosis alta de oxitocina acorta la duración del parto y son necesarias menos cesáreas no programadas cuando se administra,  pero, en general, la evidencia es escasa.

En general, la mayoría de los estudios de investigación sobre los efectos de provocar el parto con oxitocina se centran únicamente en los aspectos físicos y se refieren a la evitación de resultados adversos, pero pocos contemplan el bienestar y comodidad de la madre. 

Los resultados adversos que se contemplan en la mayoría de los estudios son:
  • la mortalidad materna, 
  • las tasas de cesárea, 
  • la duración del trabajo de parto, 
  • la analgesia, 
  • la forma del parto vaginal, 
  • la presencia de hemorragia puerperal, 
  • la necesidad de transfusión de sangre, 
  • las puntuaciones de Apgar, 
  • el ingreso a la unidad de cuidados intensivos, 
  • la mortalidad o enfermedad perinatal

Sin embargo, el bienestar de la madre no se contempla. Dicho bienestar debería venir dado por una serie de indicadores que rara vez se encuentran en los estudios clínicos:

  • la movilidad durante el parto, 
  • la comodidad, 
  • la rotura espontánea de membranas, 
  • un perineo intacto,
  • una  relación positiva con el niño. 
  • experiencia maternal de dolor, 
  • punto de vista maternal sobre la duración del parto
  • autoestima materna

Como viene siendo habitual, la comodidad de la madre se obvia. Esto es comprensible, ya que el objetivo principal cuando se provoca un parto con oxitocina es primero no causar lesiones y en segundo lugar,  mejorar los resultados del parto para la madre y el niño. 

Algunos aspectos importantes se obvian cuando se trata de evaluar la idoneidad o no de la oxitocina. Parámetros como:
  • lesión en el nacimiento de bebé, 
  • daño del esfínter anal de la madre, 
  • incontinencia fecal,  
  • readmisión postnatal de la madre o el recién nacido, 
  • depresión postparto, 
  • psicosis puerperal. 
Una reciente revisión de ocho estudios que incluyen 1.338 mujeres a las que se administró oxitocina para provocar el parto, ha mostrado que la oxitocina no redujo la necesidad de cesáreas. Tampoco redujo la necesidad de usar fórceps ni aumentó el porcentaje de partos vaginales normales.
Sin embargo, la oxitocina parece acortar el trabajo de parto en casi dos horas en promedio. .

Algunos autores identifican el uso de la oxitocina como causante de daños en el brazo del bebé, daño del esfínter anal de la madre y / o incontinencia fecal pero otros estudios no están de acuerdo. 

No hay asociación directa  entre el uso de la oxitocina y la depresión postnatal en la madre, pero la depresión postnatal se vincula con la readmisión postnatal de la madre en el hospital que sí se relaciona con el uso de oxitocina.

También hay estudios que sugieren que el uso de la oxitocina podría aumentar la incidencia de hemorragia postparto en la madre. Esta hormona endógena juega un papel fisiológico en el mantenimiento de la contractilidad uterina durante el parto pero también juega un papel de refuerzo  para detener la hemorragia después del parto. Su uso farmacológico para inducir o aumentar las contracciones del útero en el parto, podría sin embargo, agotar y desensibilizar los receptores de esta hormona en el músculo uterino, de tal manera que ese músculo agotado, no cumpliría bien su función en el postparto. Un útero, agotado, atónico, podría tener un mayor riesgo de hemorragia:

  Algunos médicos han relacionado la utilización de oxitocina con la incidencia de autismo en los recién nacidos. Sin embargo, este tipo de estudios, han sido rápidamente acallados por la comunidad cientifica, debido a la falta de datos consistentes que demuestren tal efecto:



Aún se desconoce si la oxitocina administrada durante el parto afecta al feto y, en caso afirmativo, cómo. Además, es posible que la oxitocina exógena afecta a los estados psicológicos y fisiológicos de la madre o, de hecho, del recién nacido. 

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