En mujeres que han tenido un trasplante de hígado, cuando ya han transcurridos 1 o 2 años desde el trasplante, y no hay rechazo y la función hepática es normal, el embarazo puede evolucionar bastante normal.
El advenimiento de trasplante de hígado ha cambiado aún más el curso del embarazo en pacientes con enfermedad hepática. A pesar de que los niños nacidos de los receptores de trasplante de hígado mujeres tienen un mayor riesgo de prematuridad (35% frente al 11,0% -12,7%) y de bajo peso al nacer (34% frente a 8,2%) en comparación con la población general, el resultado general es similar, sin patrones de malformaciones en el bebé. Los datos recientes, sin embargo, indican que el tratamiento con micofenolato puede estar asociada con la pérdida del embarazo en el primer trimestre y un aumento del riesgo de malformaciones congénitas.
Existe un mayor riesgo de complicaciones maternas, en particular la hipertensión inducida por el embarazo (34% versus 4% -10%), preeclampsia (22% frente a 6% -8%), y cesárea (35% versus 20% -25%).
La tasa de rechazo agudo del tejido transplantado no es sustancialmente diferente en las mujeres embarazadas frente a las transplantadas no embarazadas, aunque este riesgo es mayor en las mujeres que quedan embarazadas dentro de los 6 meses de su trasplante.
Los expertos recomiendan que el embarazo se aplace durante al menos 1 año después del trasplante. Hasta entonces, se aconseja la anticoncepción, preferentemente utilizando los métodos de barrera, que confieren un menor riesgo de infección o de posible interacción con los medicamentos inmunosupresores.