El crecimiento y el desarrollo del embrión humano no son observables por ecografía durante los primeros días después de la implantación. En este periodo, la mejor prueba para verificar el crecimiento del embrión es la medición de la hCG (gonadotropina coriónica humana) producida por las células trofoblásticas (futura placenta). La HCG es una hormona medible en sangre y orina.
Los valores absolutos de hCG y las tasas de aumento en la secreción y excreción en de hCG en orina se suelen asociar a la calidad del embrión, sitio de implantación (embarazo intrauterino o ectópico) y el ritmo del desarrollo. Aunque la síntesis de componentes de la hCG comienza en el embrión muy pronto, cuando este tiene sólo 6-8 celulas , la proteína totalmente formada se detecta en sangre sólo a partir de 6 días tras la concepción y en orina, a partir de 14 días tras la concepción.
La primera semana tras la implantación del embrión las concentraciones de hCG en orina varían notablemente de mujer a mujer. Hay embarazos, por ejemplo, en los que la tasa de aumento de la hCG se mantiene relativamente constante y la hCG en orina crece linealmente, siempre al mismo ritmo. En otros embarazos, las tasas de hCG de aumentan lentamente durante unos días y luego aumentan bruscamente y, en algunos casos, disminuyen de nuevo posteriormente. Por tanto, los primeros niveles de hCG en orina son bastante inseguros a la hora de predecir abortos espontáneos.
Los valores absolutos de hCG y las tasas de aumento en la secreción y excreción en de hCG en orina se suelen asociar a la calidad del embrión, sitio de implantación (embarazo intrauterino o ectópico) y el ritmo del desarrollo. Aunque la síntesis de componentes de la hCG comienza en el embrión muy pronto, cuando este tiene sólo 6-8 celulas , la proteína totalmente formada se detecta en sangre sólo a partir de 6 días tras la concepción y en orina, a partir de 14 días tras la concepción.
La primera semana tras la implantación del embrión las concentraciones de hCG en orina varían notablemente de mujer a mujer. Hay embarazos, por ejemplo, en los que la tasa de aumento de la hCG se mantiene relativamente constante y la hCG en orina crece linealmente, siempre al mismo ritmo. En otros embarazos, las tasas de hCG de aumentan lentamente durante unos días y luego aumentan bruscamente y, en algunos casos, disminuyen de nuevo posteriormente. Por tanto, los primeros niveles de hCG en orina son bastante inseguros a la hora de predecir abortos espontáneos.