Los niveles bajos de estrógeno conduce a una elevada tasa de trastornos menstruales como la amenorrea (falta de periodo) y la menstruación irregular. Este tipo de trastornos se han descrito en las mujeres con esquizofrenia y han sido a menudo atribuido a la hiperprolactinemia inducida por los antipsicóticos que se les administran.
En algunos casos esto parece cierto, pero en otros, se ha visto que se produce hipoestrogenismo sin la medicación con antipsicóticos.
En algunos casos esto parece cierto, pero en otros, se ha visto que se produce hipoestrogenismo sin la medicación con antipsicóticos.
Aunque el mecanismo preciso de los niveles bajos de estrógeno en las mujeres con esquizofrenia no ha sido aclarado todavía, la cuestión es que ese hipoestrogenismo es de relevancia clínica porque el estrógeno parece dotar de un efecto antipsicótico en la esquizofrenia y por lo tanto influir positivamente en el curso de la enfermedad en las mujeres con esquizofrenia.
Muchas mujeres se sienten ambivalentes con respecto a la menstruación. Su pérdida puede producir dificultades añadidas como el no uso de anticoncepción, el desarrollo de un embarazo psicológico, la percepción errónea de la menopausia temprana, o la pérdida de la sensación de feminidad.
Además, los bajos niveles de estrógeno podría tener un efecto negativo sobre la densidad mineral ósea y en el sistema cardiovascular.